hay que escribir un blog...?
Con total honestidad (ese tiende a ser mi estilo, aunque se me vaya de las manos la falta de delicadeza) la idea de escribir un blog me parece una verdadera receta para la angustia tortuosa de tener que hacer algo que no quiero: me imagino la sensación de comerse una cucharada asquerosamente cargada de dulce de leche que sentís que no hay manera de bajar sin un vaso de agua. Encuentro bastante difícil escribir en prosa mis procesos, los de todos los ámbitos de la vida, y más todavía en un formato digital de palabras y letras.
Pero no teman, voy a ponerle mi mejor voluntad de hacerlo de la manera mas bizarra y fiel a mí: nadie dijo que no podía haber imágenes, dibujos, lo que sea que sea. Como es de mi propia administración y dirección, tengo toda la intención de que sea genuinamente mío en todos los aspectos (dije intención, no prometo que no me canse a medio camino); tratando de conciliar esta estructura con mis fortalezas y modo de hacer y pensar.
Creo que me desenvuelvo muy bien apuntando ideas o conceptos amplios y a partir de ellos desarrollar lo que necesito decir. Es probable que esto lo sienta así porque mi cerebro tiene una forma caótica de organizar las cosas: es una gran telaraña de conceptos interconectados.
Considero que forzarme a escribir lo que me trasciende, pasa, experimento, aprendo, desaprendo, erro, acierto, observo, olvido, pienso puede salir de dos maneras: la primera, una organización mas clara de lo que sucede cada vez que me adentro en una experiencia nueva que a la larga va a servir para repasar y recordar maneras de hacer y sentir las cosas de una fuente mas fiel y sólida que el uso de la memoria; o la segunda, que me olvide por completo de escribirlo, que lo abandone, que me sienta frustrada por tener que estructurar algo que disfruto que esté volando por todas partes, que sienta que la concreción escrita de la experiencia le quite esa magia mística que tiene uno en el recuerdo (sin embargo esto último puede que tenga que ver con el modo de expresión que utilize).
Nunca antes había tenido la rutina de anotar religiosamente una experiencia: nunca escribí en un diario personal, de hecho; creo que nunca escribí deliberadamente por elección o incentivo propio, siempre fue porque tenía que escribir. Pero para cambiar las cosas voy a poner mi mejor voluntad y tratar de ver este blog como una nueva forma de expresión no descubierta. Quién sabe, por ahí me termine gustando más de lo que pensaba.
Pero no teman, voy a ponerle mi mejor voluntad de hacerlo de la manera mas bizarra y fiel a mí: nadie dijo que no podía haber imágenes, dibujos, lo que sea que sea. Como es de mi propia administración y dirección, tengo toda la intención de que sea genuinamente mío en todos los aspectos (dije intención, no prometo que no me canse a medio camino); tratando de conciliar esta estructura con mis fortalezas y modo de hacer y pensar.
Creo que me desenvuelvo muy bien apuntando ideas o conceptos amplios y a partir de ellos desarrollar lo que necesito decir. Es probable que esto lo sienta así porque mi cerebro tiene una forma caótica de organizar las cosas: es una gran telaraña de conceptos interconectados.
Considero que forzarme a escribir lo que me trasciende, pasa, experimento, aprendo, desaprendo, erro, acierto, observo, olvido, pienso puede salir de dos maneras: la primera, una organización mas clara de lo que sucede cada vez que me adentro en una experiencia nueva que a la larga va a servir para repasar y recordar maneras de hacer y sentir las cosas de una fuente mas fiel y sólida que el uso de la memoria; o la segunda, que me olvide por completo de escribirlo, que lo abandone, que me sienta frustrada por tener que estructurar algo que disfruto que esté volando por todas partes, que sienta que la concreción escrita de la experiencia le quite esa magia mística que tiene uno en el recuerdo (sin embargo esto último puede que tenga que ver con el modo de expresión que utilize).
Nunca antes había tenido la rutina de anotar religiosamente una experiencia: nunca escribí en un diario personal, de hecho; creo que nunca escribí deliberadamente por elección o incentivo propio, siempre fue porque tenía que escribir. Pero para cambiar las cosas voy a poner mi mejor voluntad y tratar de ver este blog como una nueva forma de expresión no descubierta. Quién sabe, por ahí me termine gustando más de lo que pensaba.
Bienvenida Agus!
ResponderEliminarEscribir este blog, te va a ayudar, con el paso de los años, a encontrar información que puedes reciclar, lo ya pensado, te vas a sorprender con los recuerdos plasmados y verás que hay tanta información que se queda "volando por todas partes" que no vuelve, hasta que tienes un anzuelo para atraer de nuevo esos recuerdos, sensaciones y conexiones.
Que este blog te sirva como anzuelo.
Saludos!