Visita a Huertas Lulú

Hoy fuimos a Huertas Lulu, una huerta que funciona dentro de un colegio privado en Beccar. Al llegar al lugar vimos todo el colegio y un espacio abierto enorme, donde estaba ubicada la huerta y una cancha de rugby. La huera consistía de una serie de cajoneras de madera, algunas mas altas que otras, de 20cm y 40 cm de alto, dispuestas en forma circular y en el medio había un cantero dedicado a plantas aromáticas (caléndula, lavanda, cedrón y romero), que cumplen la función de ahuyentar bichitos que se puedan comer los alimentos. Al lado, estaban construyendo un invernadero (nos contaron de la suerte que tenían de que la institución los apoyara así, y que les diera el espacio y los medios para tener una huerta)

Las cajoneras tienen distintas profundidades porque algunas plantas tienen raíces más profundas (como las remolachas o los tomates), pero cuanto mas profunda, mayor el costo de la tierra para llenarla. Las cajoneras parecen ser la mejor alternativa para plantar porque es más facil remover la tierra y además controla el crecimiento de las plantas. Los materiales principales eran palitas de metal con mangos de madera y regadoras, pero también había un par de cucharas y una carretilla para transportar todos los materiales y la tierra.

Hablamos con "...", nos contó que usaban la huerta como una forma de motivar a los chicos a comer mejor, que ver la plantita crecer y después poder probarla era un motivador a probar esos alimentos en sus casas, en decir "Hoy plantamos remolacha, ¿qué sabor tiene?". Nos contaron que hacen degustaciones de plantas, que algunas les gusta probar, como la lechuga o los rabanitos; y otras no tanto, como las cebollas. Muchos no saben de dónde vienen las verduras, o les da asco la tierra o los bichos. Muchos intentaron matarlos al principio, pero cuanto más conectaban con la huerta, más encontraban interés en ellos y mayor curiosidad en observarlos (contaron una anécdota de un día que estaban particularmente revoltosos, encontraron un escarabajo verde flúor y todos se coparon en ir y mirarlo).

Nos contaron que los ciclos de las plantas los organizan de manera escalonada, para que siempre haya plantas en las distintas etapas de crecimiento, así se aseguran que siempre haya algo para hacer. También pasa que las plantas tienen distintos tiempos de crecimiento: la remolacha, por ejemplo, desde plantar la semilla hasta que la planta estuviera lista para consumo pasaban 5 meses; pero los rabanitos eran mas rápidos y tardaban solo un mes. También nos contaron que los chicos sentian una pertenencia o identidad con lo que plantaban, y que habían organizado los canteros para que cada curso tuviese uno asignado, y así supieran cuales brotecitos eran los que alguna vez habían enterrado como semillas.

Las etapas de crecimiento empezaban con plantar la semilla en los almácigos (a veces también plantaban directamente en la cajonera), luego transplantarla a macetitas de plástico o papel de diario y después volver a transplantar al cantero. Cuando las plantas estaban lo suficientemente grandes, cosechaban las semillas y las sacaban para empezar todo el proceso de nuevo. Mientras las plantas crecen, hay más trabajo por hacer: regar, el compost, separar las semillas y ponerlas para secar (la cosecha de semillas la hacen cortando las ramitas que están en flor, y después separando las semillas. De ahí, las semillas hay que dejarlas secar en un lugar relativamente seco, y las dejan esparcidas para que no se peguen. No todas las semillas requieren este proceso, algunas se pueden plantar directamente, sin necesidad de secarlas)

Hablamos sobre la relación humano-naturaleza, sobre como es muy importante que los chicos entiendan que las plantas no son su propiedad o no responden, si no que son seres vivos individuales, y que ellos tienen que coexistir con ellos y adaptarse a los tiempos de la planta, y no al revés. La naturaleza no corre a los tiempos del humano, si no que el humano inevitablemente corre a los tiempos de la naturaleza (aunque creamos que no). También nos contaron cómo los chicos con habilidades especiales mejoraban un montón al conectar con las plantas, con la naturaleza. Me hizo pensar que ellos ven el mundo de una forma distinta y por ende tienen sensibilidades distintas y por eso les resulta más cercano o fácil conectar con las plantas o los animales.

Nos contaron también que a medida que pasaba el tiempo, la huerta se iba haciendo más una parte importante de la institución, y que los docentes de materias como biología se copaban en conectar lo aprendido en la huerta con lo formal dado en clase. Me dio la impresión que al principio tal vez era una actividad secundaria, pero que a medida que veían que los chicos se copaban y aprendían con las manos en la masa tierra, que lo fueron integrando mejor al sistema de educación. También nos contaron que parte del compost venía de sobras del comedor del colegio, que faltó un poco de colaboración y eso dificultó el aprovechamiento de esos desperdicios, pero que con un poco de mejor voluntad y organización, se podría aprovechar muchísimo mejor. Encontraban complicaciones en llevar y traer todos los desperdicios orgánicos ellos solos, porque pesaban mucho. También nos contaron que en la escuela para chicos con habilidades especiales de la lado, había un chef que preparaba la comida que hacía uso de las aromáticas para cocinar (principalmente romero y albahaca).

También hablamos sobre la importancia de separar la basura, sobre enseñar a los chicos a separar orgánicos de inorgánicos, y que muchos llevaron estos conocimiento a sus casa y están cambiando los paradigmas impuestos de cómo son las cosas en sus casa, e incluso concientizando (?) a sus papás. Algunos se engancharon tanto que tienen sus propias plantitas en sus casas, o sus propias huertitas con rúcula o albahaca, que cuidan ellos mismos o toda la familia.

Después hablamos con los chicos que estaban haciendo el taller (el dia estaba fresco, asi que no estaba para estar en el viento frio al aire libre). Los chicos se sentaron en unas mesas y empezamos a tirar preguntas sobre las comidas que les gusta comer o preparar, qué les gusta de preparar la comida, qué les gusta hacer en la huerta. Sus respuestas variaron, pero a muchos les gustaba ver leudar las galletitas en el horno, batir y revolver (me hizo acordar a lo que lei sobre Piaget de que los chicos encuentras placer en el acto motor), ponerle el queso a los fideos, romper los huevos (>:)) y decorar tortas y galletitas. Las comidas más nombradas fueron el brocoli y la espinaca, había un par de fan ávidos, pero el campeón fue el omelette. Dijeron que les gustaban las ensaladas condimentadas, y la comida colorida. De las actividades de la huerta, lo que más les gusta es plantar las semillas.

Algo que me parece importante notar es que los chicos de 4to grado tienen muchísima energía, entonces siempre tienen que estar haciendo algo para mantenerse entretenidos y atentos. Son de gesticular y mover mucho el cuerpo cuando hablan (saltando, moviendo los brazo y acomodándose diez mil veces como están sentados, si se quedan sentados), y más en un dia como el que fuimos nosotros que estaba frio y para hacer actividades adentro, hay menos espacio e iguales decibeles de energía. Por ahi mantener a los chicos entretenidos sea algo que potencie la actividad de Educocina.

Sentí que a los chicos encuentran interés en la huerta no solo porque les gusta ver como crece y surge algo de chiquito a grande, si no porque después pueden tener la experiencia sensorial de saborearlo olerlo, sentir su textura, etc. La conexión entre la experiencia de plantar para que después venga el disfrute o el premio de comer.

Comentarios

  1. Hola Agus!
    Que bueno que hayas disfrutado/podido vivir la experiencia de ir y mejor aun que la hayas bajado a palabras en el blog, suma un montón para cuando requieras recapitular en lo que estás diseñando y te sirve de marco para evaluar si respondes a aquello que observaste.

    Saludos!

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  2. Hola Agus, qué genial tu post. Completísimo. Gracias por compartirlo en Facebook además, es clave, porque a menos que uno se lo proponga llegar hasta acá es más complicado. Me alegra muchísimo que ya arrancando la carrera tengan experiencias de relevamientos REALES, en campo, en plena situación. No tiene precio. Nos vemos en el aula el lunes! Un beso

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